2025-11-28

Historia de mi Domótica

La historia de cómo construí mi sistema de domótica desde 2021 hasta hoy. Decisiones, descubrimientos y aprendizajes sobre automatización del hogar.

~12 min lectura domótica, automatización, estrategia

En 2021 decidí automatizar mi casa. No porque fuera necesario, sino porque como ingeniero, la idea de tener un sistema que respondiera a mis necesidades sin intervención constante me resultaba fascinante. Lo que empezó como un proyecto de fin de semana se convirtió en una obsesión de varios años, con múltiples iteraciones, errores costosos y aprendizajes valiosos.

Este no es un tutorial sobre cómo instalar Home Assistant o configurar Zigbee. Hay cientos de esos. Este es un manifiesto sobre las decisiones estratégicas que importan cuando construís un sistema de domótica que realmente querés usar todos los días, no solo cuando funciona. Habla de cómo llegué al estado actual, desde esos primeros pasos en 2021 hasta hoy.

Voy a ser honesto sobre lo que funcionó, lo que no, y por qué. Porque después de años de experimentar, hay principios que emergen cuando dejás de lado el marketing y te enfocás en lo que realmente importa: un sistema que mejore tu vida, no que la complique.

1. El Hub Central: Por Qué Elegí Home Assistant

Consideré SmartThings y Hubitat, pero nunca llegué a implementarlos. La diferencia no está en las features, está en el control.

SmartThings y Hubitat son más fáciles de configurar, pero te atan a sus ecosistemas. Cuando Samsung decide cambiar su modelo de negocio o cuando Hubitat deja de soportar cierto protocolo, tu sistema se rompe. No es tu culpa, pero es tu problema.

Home Assistant es más difícil de configurar, pero una vez que funciona, es tuyo. Corre en tu hardware, bajo tu control. No hay servidores en la nube que puedan desaparecer. No hay actualizaciones forzadas que rompan todo. No hay dependencias de terceros que cambien las reglas del juego.

La curva de aprendizaje es real. Pasé un fin de semana completo configurando mi primera instalación. Pero esa inversión inicial se paga cuando, dos años después, tu sistema sigue funcionando exactamente como lo configuraste, sin sorpresas.

Principio: Si no podés ejecutarlo localmente, no es realmente tuyo. La nube es conveniente hasta que no lo es.

2. Protocolos: Zigbee vs. WiFi, y Cómo ESPHome Cambió Todo

Empecé con Zigbee. Es más barato, tiene mejor alcance, y la red mesh es robusta si la configurás bien. Los sensores de temperatura, movimiento y puertas son económicos y funcionan bien. El problema: la fragmentación de estándares. No todos los dispositivos Zigbee son compatibles entre sí, y algunos fabricantes implementan el protocolo de forma cuestionable. Para Zigbee uso el SONOFF Zigbee 3.0 USB Dongle Plus (ZBDongle-P) conectado a la Raspberry Pi. Funciona muy bien y es estable.

Consideré Z-Wave, pero al ser más caro y algo menos difundido, decidí no meterme con ello. Puede que sea más predecible y confiable, pero el costo y la menor disponibilidad de dispositivos no justificaban la inversión para mi caso.

WiFi no parecía una buena idea al comienzo. Consume más energía, puede saturar tu red, y depende de que tu router funcione perfectamente. Pero todo cambió con ESPHome.

ESPHome, que ahora está hermanado con Home Assistant, transformó completamente mi perspectiva sobre WiFi. Ya no es solo un protocolo para dispositivos genéricos que dependen de apps propietarias. Con ESP8266 (súper barato) y ESP32, podés construir dispositivos súper específicos que funcionan completamente localmente, sin dependencias de la nube.

El ecosistema ESPHome no para de crecer y mejorar. Tenés control total sobre el firmware, podés personalizar cada aspecto del dispositivo, y todo funciona localmente con Home Assistant. He construido sensores personalizados, interruptores con lógica específica, y dispositivos que simplemente no existen en el mercado comercial.

Ahora casi que es mi preferido. La flexibilidad de poder construir exactamente lo que necesitás, al precio que querés, con el control total que querés, es incomparable. Zigbee sigue siendo útil para dispositivos estándar que funcionan bien de fábrica, pero para proyectos específicos, ESPHome con WiFi es imbatible.

Principio: El mejor protocolo es el que te da el control que necesitás. A veces eso significa comprar dispositivos estándar, a veces significa construirlos vos mismo.

3. Automatizaciones: Simples, No Inteligentes

El error más común en domótica es intentar hacer que el sistema "adivine" lo que querés. Machine learning, IA, algoritmos complejos. Todo suena genial hasta que tu sistema decide que a las 3 AM es un buen momento para encender todas las luces porque detectó "patrones".

Las mejores automatizaciones son las más simples: "Si la puerta se abre después de las 22:00, encender la luz del pasillo al 20%". "Si la temperatura baja de 18°C, encender la calefacción". "Si no hay movimiento en el living por 30 minutos, apagar las luces".

Cada automatización debe tener un propósito claro y un trigger obvio. Si necesitás explicar por qué se activó, está mal diseñada. Si tu pareja o familia no entienden por qué algo pasó, el sistema falló.

Probé Node-RED para automatizaciones complejas. Es poderoso, pero después de un mes me di cuenta de que estaba construyendo un sistema tan complejo que ni yo mismo entendía qué hacía. Volví a las automatizaciones nativas de Home Assistant. Son más limitadas, pero son predecibles.

Principio: Si no podés explicar una automatización en una oración, es demasiado compleja.

4. Hardware: Inversión vs. Obsolescencia

Gasté más dinero del que debería en dispositivos que terminé reemplazando. La lección: no compres lo más barato, pero tampoco lo más caro. Compra lo que tiene soporte activo y una comunidad detrás.

No he encontrado ninguna marca en particular que sea clave para Zigbee. La mayoría de dispositivos que uso son los más simples y baratos que encuentro en AliExpress. Para proyectos personalizados, ESPHome con ESP8266 o ESP32 te da flexibilidad total a un costo mínimo. He construido sensores específicos, interruptores con lógica personalizada, y dispositivos que simplemente no existen comercialmente.

El hardware más importante no es el más visible: el hub. Empecé con una Raspberry Pi 4, que funcionó bien durante un año hasta que la SD card falló (sí, el problema clásico). La solución no fue migrar a un mini PC, sino simplemente usar un SSD externo en lugar de la SD card. Sigo usando la Raspberry Pi 4 con SSD y la diferencia en confiabilidad es notable. El hub es el cerebro del sistema: invertí en hardware confiable.

Una cosa que aprendí tarde: no compres dispositivos que dependan de apps propietarias. Si un dispositivo necesita la app del fabricante para funcionar, eventualmente dejará de funcionar cuando el fabricante decida que ya no vale la pena mantener el servicio.

Principio: El hardware barato es caro cuando tenés que reemplazarlo cada año.

5. Seguridad: El Elefante en la Habitación

Tu sistema de domótica tiene acceso a tu casa. Si alguien lo compromete, tiene acceso a tu casa. Esto es obvio pero muchos lo ignoran.

Home Assistant por defecto no expone nada a internet, lo cual es bueno. Pero si querés acceso remoto (y probablemente lo querés), tenés que exponerlo. Las opciones: VPN, túnel de Cloudflare, o el add-on de Nabu Casa. Si querés ir a por todas, podés configurar tu propio reverse proxy en tu red self-hosted, pero eso es para otra historia.

Yo tengo mi propia red local que me da acceso externo, no dependo de servicios de terceros. Uso un reverse proxy (Traefik) que corre en Home Assistant para acceso HTTPS desde internet. Esto me da control total sobre el acceso y no dependo de servicios externos. Es importante habilitar autenticación de dos factores en todo para mantener la seguridad. El túnel de Cloudflare es otra opción interesante si ya usás sus servicios, y Nabu Casa es la opción más simple si no querés configurar nada.

El problema más grande de seguridad no es técnico, es humano: las actualizaciones. Home Assistant actualiza constantemente, y cada actualización puede romper algo. Pero no actualizar es peor porque los bugs de seguridad se acumulan. La solución: actualizar regularmente, pero siempre en un momento en que puedas dedicar tiempo a arreglar lo que se rompa.

Principio: La seguridad es un proceso, no un estado. Si no estás actualizando, estás retrocediendo.

6. El Costo Real (No Solo Dinero)

La domótica no es solo dinero. Es tiempo. Tiempo configurando, tiempo depurando, tiempo manteniendo. Si no disfrutás el proceso, no vale la pena.

En términos de dinero: es imposible estimar números exactos, pero he invertido en hardware a lo largo de los años. Eso incluye el hub, sensores, interruptores, y varios dispositivos que reemplacé. No es barato, pero tampoco es prohibitivo si lo hacés gradualmente.

En términos de tiempo: son muchas horas. Configuración inicial, depuración, reconfiguración después de actualizaciones, investigación cuando algo no funcionaba. Es difícil cuantificar, pero es significativo.

¿Vale la pena? Para mí sí, porque disfruto el proceso y el resultado. Pero si solo querés que las luces se enciendan automáticamente, comprá un interruptor inteligente básico y listo. No necesitás un sistema completo.

Principio: La domótica es un hobby, no una inversión. Si no disfrutás el proceso, el resultado no justifica el costo.

7. Recomendaciones Para Empezar

Si estás pensando en automatizar tu casa, esto es lo que haría diferente si empezara de nuevo:

  1. Empeza pequeño: No intentes automatizar toda la casa de una vez. Elegí una habitación o una funcionalidad (por ejemplo, iluminación) y hacela funcionar perfectamente antes de expandir.
  2. Invertí en el hub primero: No compres el hardware más barato para el hub. Es el componente más importante y el que menos vas a cambiar.
  3. Documentá todo: Cuando configurás algo, escribí cómo lo hiciste. En seis meses no vas a recordar por qué elegiste esa configuración específica.
  4. Probá antes de comprometerte: Compra un dispositivo de cada tipo primero, probalo durante un mes, y solo entonces compra más del mismo tipo.
  5. Mantené backups: Home Assistant tiene backups automáticos. Configuralos y probá restaurar uno para asegurarte de que funcionan.
  6. No dependas de la nube: Si un dispositivo necesita internet para funcionar, eventualmente dejará de funcionar. Priorizá dispositivos que funcionen localmente.

Conclusión: Simplicidad Sobre Complejidad

Después de años de experimentar, el principio más importante que aprendí es este: la mejor automatización es la que no notás. Si tenés que pensar en tu sistema de domótica, está fallando.

Un sistema de domótica exitoso no es el que tiene más features o el que usa la tecnología más avanzada. Es el que mejora tu vida sin que tengas que pensar en él. Las luces se encienden cuando las necesitás. La temperatura se ajusta automáticamente. Las puertas se cierran cuando salís.

Todo lo demás, la tecnología, los protocolos, el hardware, son solo medios para ese fin. No te enamores de la tecnología. Enamorate del resultado.

Si estás empezando, recordá: es un viaje, no un destino. Vas a cometer errores. Vas a comprar dispositivos que no funcionan. Vas a configurar automatizaciones que son más molestas que útiles. Eso está bien. Lo importante es aprender de cada error y construir un sistema que realmente mejore tu vida.

Y si después de todo esto decidís que la domótica no es para vos, eso también está bien. No todos necesitan automatizar su casa. Pero si decidís intentarlo, espero que estos principios te ayuden a evitar algunos de los errores que yo cometí.